Viernes del Día de Jesús: pórtico de entrada a nuestros “Días Grandes”
La tarde del Viernes del Día de Jesús empezaba con un pasacalle por el centro histórico de las Bandas de Música y la de Cornetas y Tambores con Escuadras de Gastadores y Guiones de Nuestra Real Hermandad, para un poco más tarde continuar con la Guardia de Honor a la Sagrada Imagen de “Padre Jesús” por las Escuadras, de N. H. M. H, el Tercio “Gran Capitán” I de La Legión Española.
Tras una entrega de Diplomas a los componentes de las Escuadras del “Gran Capitán”, Nuestro Padre Jesús Nazareno contemplaba desde el dintel de su Ermita una Plaza de Sebastián en tonos violáceos y con una multitud silenciosa que espera el inicio de la Solemne Función Religiosa, en honor al Sagrado Corazón de Jesús, tan propia de la noche del Viernes.
Con un toque al alba, realizado por el prestigioso tamborilero malagueño, Emilio Ortigosa, profesor de la Escuela de tamborileros de Málaga, y ante la expectación, admiración y respeto de la asistentes empezaba una eucaristía, oficiada por el Reverendo Padre Don Manuel Santana, O.A.R., llena de recogimiento, solemnidad, fe y devoción nazarena, pero también llena de entusiasmo y alegría por la Festividad de la que es pórtico de entrada: el Día de Jesús.
Un fervor y una emoción, identificados con la música y las letras, que interpretó el Coro de Nuestra Real Hermandad, dirigido por Don Víctor Manuel García Santos, con temas ya conocidos por todos los hermanos como “Deja que me acerque, madre” y otros de estrenos de este año como “Yo ya soñé contigo” y presentada por primera vez en esta Eucaristía, la sevillana “Cuando te miré a la cara”, todos ellos compuestos por su director.
En este entorno, indiscutiblemente, cristiano y “morao”, de amor hacia Nuestro Padre Jesús Nazareno y su Gloriosa Festividad, se presentaba uno de los estrenos de mayor importancia, el Relicario para la Reliquia del Beato Padre Arnáiz concedida a Nuestra Real Hermandad, siendo una de las tres concedidas de Primera Categoría, las denominadas ex_osibus. El relicario ha sido realizado por el orfebre malagueño, Cristóbal Martos y ha sido donado por el Hermano Mayor, Don Salvador David Pérez González y la Adjunta a Secretaría, Doña Isis García Rueda.
Además se ofreció en la misa, realizado por el Taller de Bordado de la Hermandad, el Paño y el Sobrepaño del Altar, diseñados y dirigidos por Don Javier Nieto y donados por nuestras hermanas. También se presentó la restauración integral y plateado de cuatro ráfagas, a cargo del orfebre Don Rafael de Paula, de Lucena, y de diez candeleros, ocho ánforas, doce barras de procesión, y lo halos y atributos de las imágenes de San Sebastián Mártir, las de San José, la Virgen del Carmen y el Sagrado Corazón, a cargo del orfebre malagueño Don Diego Martín.
Tras ello, y finalizada la Solemne Función Religiosa, tuvo lugar uno de los actos más emotivos y con mayor tradición en el Día de Jesús, el denominado “Acto de Imposición de Escudos de Oro”, concedidos por Nuestra Real Hermandad, a hermanos y a hermanas que han dedicado gran parte de su vida y su trabajo a la Hermandad, de forma desinteresada y de manera incansable; y que en esta ocasión los recibieron, el hermano, Don Francisco Martín Plaza y la hermana, Doña Antonia Rodríguez González. Ambos homenajeados y sus familias se mostraron muy honrados, orgullosos y emocionados de recibir tan alta distinción.
Seguidamente, el Hermano Mayor de Nuestra Real Hermandad, Don Salvador David Pérez González y el Hermano Mayor de la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de los Dolores de Alhaurín de Torre, Don José Antonio Bernal, procedieron al acto de hermanamiento entre ambas, un hecho que de esta forma se hacía oficial ya que la relación de ambas hermandades ha sido como de hermandades hermanas desde hace décadas.
Y como no podía ser de otra forma, a esta noche ya sumergida en el Sábado del Día de Jesús, la Banda de Cornetas y Tambores con Escuadras de Gastadores y Guiones de la Fundación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, los “Boinas Morá”, realizaban la Retreta en la Plaza de San Sebastián, rodeados y casi abrazados por una numerosa presencia de hermanos y hermanas, y de vecinos y vecinas en general, que ya vivían con intensidad la fe y el fervor nazareno del Día de Jesús 2019.
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