Nuestra Real Hermandad celebró la misa del Dulce Nombre de Jesús
NuestraReal Hermandad se reencontró con su Fe y su Historia celebrando, el pasado martes 2 de enero, una Solemne Eucaristía con motivo de la Festividad del Dulce Nombre de Jesús. Una celebración, de origen Dominico, muy ligada a nuestros orígenes y que podemos considerar como el precedente de nuestro actual Día de Jesús.
La Misa, que comenzó puntualmente a las 20:30 horas, fue oficiada por nuestro Rvdo. Sr. Cura-Párroco y Director Espiritual D. Francisco Javier Hernández Pastor, O.A.R.
Muy bella y simbólica resultó la entrada solemne a la Ermita de San Sebastián, con la Cruz de Alzada flanqueada por faroles, que abría, tras una nube de incienso, una procesión en la que figuraban los Santos Evangelios, en manos del Párroco, así como el Niño Jesús, en alusión a la Festividad del Dulce Nombre, portado por la Vicepresidenta Segunda, y el texto de la Indulgencia Plenaria «Cum Certas», que llevaba la Vocal de Liturgia, y que fue otorgada con motivo de esta Festividad por S.S. El Papa Paulo V en 1606 a la Basílica de Santa María de la Supra Minerva de Roma, y a todas las Hermandades que como la nuestra se encuentran agregadas a ella desde hace siglos. Un privilegio que hacía más de cien años que no otorgaba nuestra Real Hermandad y que se ha recuperado en este 2018 que ahora comienza.
La Eucaristía, que llenó los bancos de San Sebastián a pesar de celebrararse un día laborable, se desarrolló con profundidad, y con y una enorme brillantez. A ello contribuyó el magnífico acompañamiento de una capilla de nuestra Banda de Música, que bajo la dirección del maestro Aguilar y al igual que el año pasado, también participó en la Misa.
También como en 2017, pero con una mayor concurrencia, se realizó este año la Protestación Pública de Fe, leída, como corresponde y marcan los cánones, por la Secretaria General, que lo hizo como forma de rezo comunitario del Credo. Durante la misma, los hermanos y hermanas presentes, encabezados por el Hermano Mayor, que juró, como corresponde, en primer lugar, se acercaron a la Mesa de Presidencia situada en el Altar Mayor para jurar sobre el Evangelio creer y defender los principales Misterios y Dogmas de nuestra Fe, besando los Estatutos después de pronunciar la fórmula «Así lo creo, así lo juro».
Durante las Ofrendas se presentaron, además del Pan y el Vino, una fotografía que nuestro Obispo, Rvdmo. y Exmo. Sr. D. Jesús Esteban Catalá Ibáñez ha tenido a bien dedicar expresamente, y de su puño y letra, a nuestra Real Hermandad, que colgará próximamente en la Sacristía de nuestra Ermita, así como la importante cantidad recaudada por nuestra Comisión de Caridad en la II Merienda Solidaria de esa misma tarde, que fue entregada en mano al presidente de Cáritas Parroquial, D. Jesús Aragón Roldán tras la celebración de la Eucaristía, momento en el que también tuvo lugar la aplaudida, y merecida, Toma de Posesión de D. Diego Solano Solano como Vocal de Protocolo de nuestra Real Hermandad.
La despedida, muy emotiva, fue leída por nuestro Hermano Mayor, D. Salvador David Pérez González, que hizo una pequeña glosa de esta Festividad, citando a las Sagradas Escrituras y leyendo el bello poema de San Bernardo de Claraval «Iubilus de nomine Iesu», antes de continuar con un repaso a la historia de esta celebración en Alhaurín el Grande «Atrás quedaron», dijo, «cuatrocientos noventa y ocho años desde que, siguiendo el magisterio y la voluntad que D. Pedro Díaz de Toledo y Ovalle, primer Obispo de Málaga tras la Reconquista, dejó en su testamento, los «Moraos» comenzamos a celebrar el Dulce Nombre… Atrás quedó aquella Novena de Jesús con los más prestigiosos predicadores venidos a nuestro pueblo desde Toledo, Granada, Valladolid o Sevilla para glosar nuestra Gloria Nazarena desde un púlpito. Atrás quedaron, también, largas hileras de hermanos vistiendo una larga y negra capa española en las frías noches de invierno mientras alumbraban, con un farol, a Nuestro Padre Jesús Nazareno en sus procesiones hasta la Parroquia, y desde la Parroquia… Atrás quedó, incluso, aquel recordado 2 de enero, de hace más de ciento veinte años, en el que D. Carlos Larios Martínez, marqués de Guadiaro, trajo la luz eléctrica hasta Alhaurín en Tu honor, y para alumbrar las fiestas de tu Dulce Nombre… Atrás quedaron todos estos hechos… Nuestro pasado… Pero tu Dulce Nombre, que no es otro que el de Nuestro Padre Jesús Nazareno, no quedó atrás. Porque Tú, «Padre Jesús», no eres nuestro pasado. Tú eres nuestro ayer, nuestro hoy y nuestro siempre… Alfa y Omega… Pasado, presente y futuro. Tuyo es el poder y la Gloria. Y por eso hemos querido congregarnos en ésta tu Ermita de San Sebastián para celebrar, junto a Ti, tu Dulce Nombre».
Los ancestrales sones de la Pastoral «Los del Puerto», y su colorida actuación, pusieron punto y final a una celebración que sirvió para abrir un 2018 que, ojalá, esté lleno de prosperidad, caridad, solidaridad, perdón y amor hacia nuestros hermanos. Que así sea.
Puedes ver más fotos aquí.