San Sebastián abrió sus puertas para recibir a la patrona en una histórica visita
La Ermita de San Sebastián abrió sus puertas, en la noche del pasado sábado 11 de agosto, para recibir la visita de nuestra Patrona, la Virgen de Gracia.
Magníficamente acompañada por la Banda de Música de nuestra Real Hermandad la imagen hizo un alto en su camino hacia la Barriada de «El Parral» siendo recibida, oficialmente, por nuestra Real Hermandad.
Previamente, a las 20:00 h., se había celebrado en la Casa-Hermandad de la Puerta del Perdón la primera de las Eucaristías del Triduo a la Virgen de Gracia.
A su finalización daba comienzo el segundo de los traslados. En él, el trono de la Patrona fue portado por numerosas hermanas y vecinas a través de las calles Altillo y San Sebastián.
Una amplia representación de nuestra Real Hermandad, encabezada por el Hermano Mayor y miembros de la Junta de Gobierno y Consejeros saldría a recibir al cortejo a la altura de la «Casa de la Luz», como es tradicional en estos casos.
Junto a ellos, y flanqueados por faroles, el Estandarte Mayor y, por primera vez en un traslado, también el Estandarte de San Sebastián, que saldrían al encuentro de la Virgen de Gracia rindiéndole honores.
Ya en la Plazoleta de San Sebastián, magníficamente engalanada con mantones y con cuatro enormes y vistosos helechos, esperaba un numeroso público. También los portadores de trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que tomaron el relevo a las hermanas de la Virgen para introducir a la Patrona en nuestra Ermita.
Dentro, multitud de hermanos y vecinos deseaban ver a la Virgen de Gracia, una vez más, en nuestra sede canónica. También nuestro Coro que entonó, en su honor, las notas de «En un dorado Camarín» mientras la imagen era levantada a pulso entre los aplausos, los vivas y la emoción de los presentes.
A los pies del camarín de «Padre Jesús» se situarían, además del Estandarte Mayor, los de la Virgen de Gracia y San Sebastián, formando una estampa inigualable e inédita. También las autoridades y representantes de Hermandades, Cofradías y asociaciones, que fueron invitados a entrar.
Nuestro Hermano Mayor, D. Salvador David Pérez González, tomó la palabra para dar la bienvenida, destacando los vínculos que desde hace más de quinientos veinticinco años unen a las dos Hermandades, ya que tanto la existencia del culto a nuestra Patrona, la Virgen de Gracia, como la del Patrón, San Sebastián, datan del reinado de los Reyes Católicos.
También quiso destacar el Hermano Mayor la profunda vocación mariana de nuestra Real Hermandad, «la de un Nazareno de cruz dorada y tunica morá» que encuentra en el culto a la Virgen un medio más de llegar a Jesús y perfeccionar nuestra vida cristiana, motivos que la llevaron a jurar, solemnemente, el Voto Concepcionista. Un hecho que recordó al tiempo que deseaba la mejor de las suertes a D. Jesús Guerrero Valderrama, Hermano Mayor de la Hermandad de la Patrona, y a su Junta de Gobierno en este su primer año de mandato.
Posteriormente, anunció que por acuerdo de la Junta de Gobierno se había decidido conceder la máxima distinción de nuestra Real Hermandad, el Escudo de Oro, a la imagen del Niño Jesús que la Virgen de Gracia sostiene en su regazo. Una distinción de la que dijo, con emoción y entre aplausos, que era «un pequeño obsequio para el ajuar de la Hermandad de la Virgen, pero que ocupará a partir de ahora un inmenso lugar en el corazón de todos los hermanos y hermanas de Jesús y, por qué no decirlo, también de todo el pueblo de Alhaurín el Grande».
En presencia del Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen de Gracia, que tuvo palabras de amistad y agradecimiento con nuestra Real Hermandad, le impondría esta insignia, que viene a sustituir la sustraída en 2012 durante un desgraciado robo del que fue objeto nuestra Parroquia.
Después, la Patrona abandonaría San Sebastián, acompañada por las voces de nuestro Coro.
Ya en la Plazoleta, y desde el balcón de la Ermita, la recibiría una petalada de buganvillas moradas llegadas de los campos de nuestro pueblo. Mientras la imagen se mecía, el cielo se iluminaba con fuegos artificiales y las notas de «Nuestro Padre Jesús», del maestro Cebrián, despedían a la Virgen de Gracia.
Nuestra comitiva acompañaría a la Patrona hasta la Casa-Hermandad de Calle Nueva, que también se encontraba magníficamente engalanada con la enseña nacional, mantones, macetas de pilistras y un bellísimo altar con la imagen de Nuestra Señora del Carmen de San Sebastián, la única bajo esta advocación que se venera en un templo de nuestra localidad.
Mientras sonaban las campanillas, el trono se elevaba a pulso y una nueva y abundante lluvia de pétalos, en esta ocasión rosas rojas, despedía a la Patrona.
Las gargantas de nuestros portadores terminaban de cantar nuestro Himno. Había llegado el momento de ceder los varales a los vecinos del Barrio de «El Parral».
A través de Calle Nueva, la Virgen de Gracia se alejaba en nuestras retinas para continuar su camino. En el corazón de los hermanos y hermanas de Jesús devoción, alegría y agradecimiento por lo vivido. Concluía una de las visitas más multitudinarias y emotivas de la Virgen de Gracia en los últimos años. Una visita que, a buen seguro, pasará a formar parte de nuestra historia.
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