Sagrado Corazón de Jesús
Amanecía el viernes del Día de Jesús, con balcones moraos y fachadas blancas, amanecía Alhaurín el Grande, sabiendo y sintiendo que había llegado el Día de Jesús, que esa noche se abriría las puertas de la Ermita de San Sebastián y Nuestro Padre Jesús Nazareno saldría a su plaza, a su pueblo, a bendecir a sus hermanos, devotos y vecinos, a ser contemplado, y a escuchar plegarias, oraciones y rezos, de pensamiento, en susurros, en voces cantadas, en lágrimas de pesadumbre o de alegría, en una plazoleta en tonos violáceos, en un ambiente cálido, festivo, pero silencioso y solemne, de fiesta y respeto, de gozó y júbilo contenidos en la Fe cristiana.
Así amanecía y se abría el Pórtico de la Ermita desde por la mañana en la que Nuestro Padre Jesús Nazareno recibió numerosas visitas de persona anónimas para nosotros, pero conocidas y amadas por Él. Al caer la tarde Su Plaza era un bullicioso de preparativos para preparar la Solemne Eucaristía del Sagrado Corazón de Jesús, y las bandas de la Hermandad: Banda de Cornetas y Tambores con Escuadras de Gastadores y Guiones “Boinas Negras”, Banda de Cornetas y Tambores con Banda de Cornetas y Tambores con Escuadras de Gastadores y Guiones “Boinas Morá” y la Banda de Música se preparaban para realizar un pasacalle por el municipio, notas y sonidos, preludio de lo que ya había llegado.
Momentos más tarde, en el interior de la Ermita, las Escuadras de Tercio Gran Capitán I de La Legión, Hermano Mayor Honorario de la Hermandad, realizaban la Guardia de Honor a la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, estampa única no sólo del Día de Jesús, si no de cualquier otra festividad en Alhaurín el Grande, caballeros legionarios que ante “Jesús” han mostrado su respeto y devoción durante 75 años, haciendo gala de su Honor y Gloria.
Muchos eran los asistentes a contemplar esta imagen extraordinaria, como muchos fueron los que se acercaron a la Plaza de San Sebastián y a las calles colindantes para asistir a la Solemne Eucaristía en Honor al Sagrado Corazón de Jesús, oficiada por el el Rvdo. Padre D. Francisco José Martínez García, párroco de Ntra. Sra. de los Remedios de Ardales y Ntra. Sra. de la Salud de Carratraca, participada por miembros del Grupo Joven y cantada por el Coro de esta Real Hermandad, dirigido por el hermano D. Iván Zea Vega.
Un escenario exterior, impregnado de detalles en cada rincón, con una ambientación y decoración única, altar impecable, adornos florales… Sólo podía hacer pensar que celebrábamos la Festividad de Gloria en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno.
“Unidos en único corazón” era el título de una misa, en la que, sin saberlo, los corazones de los hermanos estarían más unidos que nunca en un solo sentimiento de dolor de pérdida, que hizo más oscura la noche, pero más luminoso el haz de luz que abre las puertas del cielo de la mano de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Esa tarde, previa a la Eucaristía, nuestra Real Hermandad, todos los moraos y su “Jesús” perdían a un hermano extraordinario e irrepetible, D. Diego Guerrero Aragón, Albacea de “Padre Jesús” durante más de 50 años, escudo de oro de la Hermandad, pero, sobre todo, devoto de “Jesús Nazareno”, durante toda su vida junto a Él en la tierra y para siempre y eternamente en el Reino de los Cielos.
Con las puertas cerradas, entonaba el Coro: “Vengo, a verte con mi voz y con todos mis sueños y con mi pensamiento en todo aquel que está contigo que otro año estoy de nuevo, anunciando que estas aquí junto a los míos. El sol se marcha, la luna aguarda queriendo encontrar ese sendero de buganvilla y jacaranda que le lleve a San Sebastián”, hasta que apareció Jesús en el umbral, con estas letras mágicas del hermano, D. Marco Cortés Guerrero, y música, del director, D. Iván Zea Vega, que estrenaban composición.
Tras la explosión de emociones encontradas, se recordó al Albacea Mayor de Jesús, por parte del Hermano Mayor, D. Diego Jesús Ruiz Gallego, desde el inicio de la eucaristía estuvo presente, igual que en todo el Día de Jesús, y tras las emotivas y sentidas palabras del Hermano Mayor, iniciaba la misa el Rvdo. Padre D. Francisco José Martínez, que mostró su agradecimiento y su alegría por poder oficiar la eucaristía en un ambiente de fe cristiana y de devoción nazarena. Poco a poco los jóvenes de la Hermandad fueron leyendo, rezando, pidiendo y ofreciendo.
Entre las ofrendas, estrenos que engrandecen el patrimonio de la Hermandad: Escudos de hombros para capas de nazareno bordados y túnicas de nazareno realizadas por el Taller de bordado de la Hermandad; restauración y plateado de dos faroles de procesión donados por una familia anónima, realizados en los talleres de Paula Orfebres, juego de mantel de altar y juego de paños de consagración.
Llegaba la misa a su final, y los asistentes esperaban la entrega del Escudo de Oro e Insignia de Oro concedidos al hermano D. Miguel Pérez Pérez y la hermana Dña.Ana Farfán Sánchez, que fueron entregados por el Hermano Mayor, D. Diego Jesús Ruiz Gallego.
En palabras del Secretario de la Hermandad, D. Daniel Benítez Pérez “La vida de Ana Farfán Sánchez siempre ha estado ligada a Nuestro Padre Jesús y a nuestros Sagrados Titulares. Su casa, en la Huerta Hoyo, siempre al servicio de la Hermandad, vendiendo calendarios, loterías, pin, llaveros, medallas, láminas con la imagen de Jesús. Incluso ha lavado y planchando todo el vestuario de Semana Santa durante años. Ha cobrado cuotas y ha surtido a todos los vecinos del barrio de todas las cosas de la Hermandad que le pedían. Nunca ha dicho que un no a nada”, además de destacar que las puertas de su casa siempre han estado abiertas, ejemplo de ello los 40 años en los que se han celebrado “Dianas”.
En el caso de D. Miguel Pérez Pérez “desde muy joven se vincula a nuestra Hermandad y especialmente a la Semana Santa, y se viste por primera vez de apóstol, luego encarnaría el papel del centurión hasta que en el año 1968 representa el papel de Jesús de manera magistral.
Igualmente, nuestro hermano Miguel ha desempeñado diversos cargos en diferentes Juntas de Gobierno, como encargado de Semana Santa o Vicepresidente.
La impronta impuesta por Miguel sigue marcando no solo a los Jesús de nuestra Hermandad, sino a toda la Semana Santa alhaurina, dando siempre consejos, ayudando en lo que puede, sin olvidar el tradicional picadillo de tomates que realiza para todo el grupo de Semana Santa durante el montaje del escenario.
Posiblemente, Miguel sea la persona más importante de la Semana Santa de los años 60 y 70 y su personalidad continúa presente en toda nuestra Semana de Pasión”.
Ambos homenajeados se mostraron muy emocionados, y fueron sus nietos los que dirigieron unas palabras a los presentes, aludiendo a sus abuelos como ejemplos de “cristianos y moraos” a los que siguen en el camino de hermanos de Jesús que les ha dejado marcado.
Tras ello, sonaban marchas inconfundibles de la Banda de Música de Cornetas y Tambores con Escuadras de Gastadores y Guiones de la Fundación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, “Boinas Morá”, entre los aplausos de los presentes que disfrutaban de una tradicional, pero muy esperada y magistral retreta.
Así acababa la madrugada del viernes del Día de Jesús, que ya vislumbraba un sábado esplendoroso y brillante de nuestra Festividad de Gloria.
Ver todas las fotos aquí.
Ver programa especial ATV.