Y volvieron a repicar las campanas para San Sebastián Mártir, esta vez en el dosmilésimo vigésimo quinto año del Señor.
En Alhaurín el Grande, tierra de historia y fe,
se alza San Sebastián, protector y gran valer.
Desde tiempos lejanos, en 1485,
su nombre se susurra, su devoción no muere.
Reyes Católicos, en su gran conquista,
a una colina llevaron al santo en su lista.
La mezquita cambió, iglesia se volvió,
y en una ermita cercana, San Sebastián reinó.
En la Calle de San Sebastián, su memoria habita,
y en la plazoleta, su imagen se invita.
Contra la peste y el mal, protector ferviente,
a él recurría siempre el pueblo doliente.
El voto solemne en 1584 lo consagra protector,
y su fiesta cada enero llena el pueblo de emoción.
Aunque la Guerra Civil su imagen destruyó,
una nueva en 1947 su lugar ocupó.
Procesión brillante recorre la ciudad,
con cirios y música, devota hermandad.
Por calles y esquinas, la fe se revive,
y en cada paso, el pueblo lo bendice.
Así, cada enero, con fervor y pasión,
San Sebastián regresa a su devoción.
Alhaurín el Grande, bajo su protección,
celebra su nombre con gran corazón.
Un año más la Real Hermandad celebró los actos y cultos organizados para la Festividad de San Sebastián, que se desarrollaron entre los días 17, 18 y 20 de enero, estando este primero dedicado a la veneración de la Sagrada Imagen de San Sebastián Mártir y su Reliquia.
Así pues, en la tarde del pasado 18 de enero, se volvió a celebrar la tradicional procesión de nuestra Hermandad, donde el Santo se trasladó desde la Ermita hasta la Parroquia de Ntra. Señora de la Encarnación.
Un paso hacia delante, y salió la Cruz guía desde la plazoleta entre un túnel de vecinos que esperaban ver al Mártir como cada mes de enero pasear las calles de nuestro pueblo. Cruz que no solo guía el camino del cristianismo, sino que como su propio nombre indica, guía el camino de quien les siguen y simboliza el inicio de un recorrido de procesión. Trasella, nuestra tradicional Banda de Cornetas y Tambores con escuadras de Gastadores y Guiones, esos jóvenes que forman parte de los ‘Boinas Negras’, y que, tras más de 45 años de historia, desfilan por las calles de nuestro pueblo. Componentes de nuestro Coro y nuestra Hermandad le acompañó, enseres engalanaron el recorrido y un grupo de personas con cirios iluminaron el camino del Santo.
Atrás quedaron los componentes de protocolo, formado por asociaciones, políticos y miembros de la Hermandad de Ntra. Señora de Gracia.
Por primera vez vimos que, ante nuestro Mártir, le acompañaron un grupo de acólitos varones, con ciriales de velas burdeos, color que caracteriza la festividad.
Y atrás, el trono de San Sebastián, con el Santo que en 1947 recupera su Imagen para mostrarse ante su pueblo, pueblo que reina como protector. Bajo él, 20 portadores con túnicas moradas lo llevaron bajo sus hombros, ya que, después de algunos años, la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno volvió a portar las túnicas moradas dejando atrás el traje negro que lo caracterizaba anteriormente. Pero no eran solo 20 personas quien le acompañaban, pudimos ver las caras de dos jóvenes entusiasmados, porque Jesús ya los puso en su camino, yasí fue como nuestros hermanos Raúl Solano Moreno y Pedro García Guerrero se estrenaron como capataces de trono de nuestra Real Hermandad.
Pero un trono no se mece solo, y es que al son de cada paso, una melodía de la Banda de Música de Nuestro Padre Jesús Nazareno le acompañaban desde atrás.
Y llegando a la Plaza Baja, tras recorrer calle San Sebastián, a las puertas de la Parroquia, esperaban nuestro Director Espiritual, Ntro. Padre D. Andrés Merino Mateo, acompañado por el Diácono D. José Francisco Fernández Fuentes, para la bienvenida al Mártir y acompañarlo desde su entrada por la puerta principal hasta el interior de la Parroquia.
La Eucaristía se llevó a cabo, y nuestro Padre, puso de manifiesto el tiempo litúrgico en el que nos encontramos tras la celebración de la Navidad, que había finalizado en los días previos, y nos mostró el camino y la festividad de la mano de la Imagen de San Sebastián que se mostraba junto al presbiterio de la parroquia. La misma, fue acompañada por el Coro de nuestra Hermandad que una vez más volvió a demostrar el gran trabajo que están desempeñando.
Tras la Eucaristía, tomó la palabra el secretario de la Hermandad, para hacer entrega, junto al Hermano Mayor, D. Miguel Ángel Serrano Gómez de unas insignias a Ntro. Rvdo. Padre D. Andrés Merino y al Diácono D. José Francisco Fernández, como muestra de agradecimiento y para que recuerden esta fecha tan significativa para nosotros.
Para finalizar los actos del sábado, comenzó la procesión de regreso a la Ermita de San Sebastián, acompañada de nuestro Director Espiritual y Diácono.
Además, bajo las escaleras de nuestra Parroquia, el Hermano Mayor, D. Miguel Ángel Serrano, entregó el martillo de trono a la Hermana Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de Gracia, Dª. Mª Inmaculada Rueda García, para que diese salida al trono y arrancase la procesión de regreso.
La procesión de vuelta trascurrió desde la Plaza Baja hasta la Ermita de San Sebastián donde trajo una salva de cohetes y un repique de campanas y con los sones del himno nacional entró nuestro Santo a su ermita otro año más.
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